¡Estudios!
"Hola. Mi nombre es Cuba Gooding Jr. y necesito consejo en el tema de los estudios.
En unos doce días estaré haciendo selectividad y, en menor o mayor medida, estaré marcando el rumbo de mi vida, por lo que estoy bastante preocupado.
En bachillerato he conseguido un 7,8 y pico; dicha nota no alcanza la meta que marqué y eso ha dañado bastante mi moral, puesto que he realizado un esfuerzo desmesurado y no he conseguido el mísero 8,1 que quería (necesitaba).
A pesar de que mis amigos, profesores, familia, e incluso familiares de amigos, me han dicho que es una buena nota y que debería estar orgulloso de ello, yo no me conformo.
El lunes tengo cita en el colegio para probar a conseguir un par de puntillos e ir más tranquilo al examen:
¿De qué manera tengo que abordar el tema delante de los profesores? Es decir, no puedo ir exigiendo más nota, con lo cual, ¿cómo se lo tendría que decir?
Cada vez estoy más nervioso y tengo menos ganas de estudiar:
¿Cómo puedo sobrellevar esta semana de estudio y conseguir superar estos exámenes sin ataques de ansiedad?
Gracias."
Querido amigo Cuba Gooding Jr.
Lo primero disculparme, pues la cita la tuviste el lunes y ya llego tarde para aconsejarte sobre cómo abordar el tema con los profesores. Aún así, te diré que tienes toda la razón. No puedes exigir, pero sí defender algo que crees correcto, y más, si esa decisión va a repercutir en tu futuro universitario.
Debes argumentar con precisión y calma, para mantener la credibilidad en todo momento, y hacerles ver a los profesores que eres merecedor de esa nota.
Por mi parte, seguramente me pondría como una farruca, ya que cada vez que hablo sube el pan y pierdo toda posibilidad de diálogo, obteniendo un monólogo de ataques defensivos. Lo que no sirve de absolutamente nada.
En cuanto a sobrellevar esta semana, lo que te aconsejaría es que te hicieras un planning de estudio para dedicar el tiempo justo a cada asignatura, distribuyéndolo proporcionalmente a la dificultad que te supongan cada una de ellas.
Olvídate de la ansiedad. Antes de comenzar el estudio, respira profundamente las veces que necesites, para oxigenar el cerebro, dejando hueco al conocimiento y ordenándolo correctamente en tu cabeza para, más adelante plasmarlo en el papel.
Intenta tomártelo como un mero tránsito para conseguir el objetivo deseado y, si puedes, hazlo como un juego para que se te queden los conceptos más fácil y rápido. Ya verás que todo sale bien.
Manteniendo una actitud positiva, ocurren cosas positivas.
En mi caso, lo estudié todo a última hora y con taquicardias. por eso...
¡Aplícate el parche, Rapunzel!
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